sábado, 30 de julio de 2016

Berlín: la bofetada de Owen a los nazis

Los Juegos de Berlín se disputaron del 1 al 16 de agosto. Fueron los JJOO al servicio de la propaganda nazi, impulsados por Adolf Hitler para demostrar la superioridad de la raza aria. Jesse Owens, atleta negro estadounidense, le asestó una "bofetada” protagonizando una de las mejores páginas de la historia olímpica al ganar cuatro medallas de oro (100 m, 200 m, 4x100 m y salto en largo). Fue la primera vez que se encendió la antorcha en Olimpia y que los Juegos fueron televisados localmente.

Pese a que los nazis rechazaban los Juegos Olímpicos como un "infame festival judío”, en 1936 fueron anfitriones de estas competiciones. El evento deportivo es recordado por el afán de Adolfo Hitler para probar e imponer sus teorías sobre la supremacía de la raza aria. Sin embargo, el héroe olímpico más popular de estos Juegos fue el atleta negro Jesse Owens, de EEUU.

Berlín, que en aquellos años era la capital de la República de Weimar, solicitó tener la sede de los Juegos en 1932, un año antes de la llegada de Adolfo Hitler al poder, y los obtuvo con 20 votos más que Barcelona.
Sin embargo, el ministro de propaganda, Goebbels, fue rápidamente consciente de los beneficios propagandísticos que su régimen podía sacar de los Juegos y se aplicaron a conseguir la mejor organización vista hasta entonces. Y lo lograron.

No faltaron protestas derivadas sobre todo de la política antisemita del III Reich, estando Estados Unidos próximo a boicotear los Juegos.

Al final el III Reich aseguró que incluiría a atletas judíos en su equipo (al final fue solamente una, la esgrimista Helene Mayer) y durante las fechas olímpicas se interrumpieron las persecuciones y al menos en Berlín se eliminó la propaganda antijudía.

La infraestructura nazi

Para la ocasión se construyó el Estadio Olímpico de Berlín, de piedra y con capacidad para 110 mil espectadores, una enorme serie de instalaciones secundarias y una villa olímpica de 110 edificios. Se trató de acentuar la vinculación de los Juegos a la Grecia Clásica (para vincularla también a la Alemania nazi).

La llama en Olimpia y la televisión

Por primera vez se encendió la llama olímpica en Olimpia. También debutó en los Juegos la televisión, si bien en circuito semicerrado para pantallas públicas. Con todo, fueron los Juegos mejor organizados hasta entonces y la película que los inmortalizó, Olympia, de Leni Reifenstahl, marcó un antes y un después en el tratamiento de la imagen del deporte.

Owens venció al racismo

Sin duda, los Juegos Olímpicos de Berlín se recuerdan por Jesse Owens, ganador del oro en 100 y 200 metros, longitud y 4x100, a despecho de las doctrinas nazis sobre superioridad racial. Owens contó con el apoyo de dos alemanes: Lutz Long, su rival en longitud, que le ayudó a superar la parcial actuación de los jueces, y Adi Dassler, un fabricante de calzado que le proporcionó unas zapatillas experimentales. Dassler creó luego la firma Adidas.

Aclamado por el público alemán, Owens declaró luego que había sentido más el racismo en Estados Unidos que en Alemania.

Otros momentos olímpicos relevantes fueron la inclusión del baloncesto y balonmano como deportes olímpicos, la actuación en hípica del militar alemán Konrad von Wangenheim, montando con un brazo roto. También se destacó el gimnasta alemán Konrad Frey que conquistó tres oros y la nadadora holandesa Rie Mastenbroek, tres oros y una plata.

La más joven de la historia

Mientras tanto, Inge Sorensen, competidora danesa, ganó una medalla de bronce en la prueba de 200 m nado de pecho, cuando tan sólo contaba con 12 años de edad. Hasta la fecha, es la persona más joven en la historia del olimpismo moderno en ganar una medalla. En otro suceso digno de rescatar, Olivier Halassy, miembro del equipo húngaro de polo acuático, consiguió su tercera medalla en unos Juegos Olímpicos; además de este asombroso hecho, Halassy sólo tenía una pierna.

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