martes, 29 de marzo de 2011

Colombia campeon del Mundial del fútbol de salón

De principio a fin, el fútbol de salón de Colombia está en la órbita, en la galaxia del ‘salonismo’. Nadie está por encima.

Todos lo miran desde abajo y su título en el X Campeonato Mundial es un himno a la felicidad, sin demagogias, a unos futbolistas reyes del espacio… corto, de las canchas pequeñas, de la calle como prefieren llamarse. Allí donde la pelota exige el mejor pie y movimientos de astros, fútbol en estado puro, nada es estático y Colombia ilumina a todos.

El coliseo El Salitre de Bogotá fue testigo el sábado de una segunda epopeya, la primera fue en el 2000 en Bolivia, y esta vez se escribió con una generación que reclamaba con autoridad y justicia un título.

Un taxista en Bogotá, que se enteró en la mañana de ayer que Colombia había sido campeón mundial de fútbol de salón al golear a los paraguayos 8-2, recordó el vaticinio de un jugador canadiense, que lo transportó del aeropuerto al hotel antes de su debut en el certamen: “Colombia merece y será el campeón”.

Los mejores ganaron con su Cid: Jhon Pinilla, capitán de una tropa solidaria, aseada, que prefiere encantar con el balón que sacar el cuchillo. Lo demostró al ir siempre al arco del guaraní Sabino Meza. Tuvo 12 tiros bajo los palos,—ocho fueron gol: 4 de Pinilla, dos de William Estupiñán y dos de Cuervo, 8 desviados. Una pegada contundente en el torneo: 48 goles en seis partidos, y 17 anotaciones salieron de Pinilla, el máximo cañonero.

Nadie pone en duda la autoridad del título de los dirigidos por el seleccionador Jaime Cuervo, pese a que Paraguay quiso ensuciarlo con su fútbol duro, que tuvo licencia de los árbitros Joselito Escalona, de Venezuela, y César Viera, de Uruguay.

Paraguay se olvidó de su pasado reciente, que lo llevó a ganar los Mundiales de 2003 y 2007, confundió la garra guaraní con una violencia excesiva. El público impotente ante la fuerza desmedida y la negación del microfútbol quiso tomar partida lanzando algunos objetos que, por fortuna, no mancharon la noche de gloria.

El fútbol aseado, de toque, que mezcla con el pase, defiende en bloque, presiona con Jhon Celis, William Estupiñán, Johan Vivares, invitado a la eficiencia en el último partido, y rompió con la genialidad de Camilo Gómez y Jorge Cuervo, los elevó al cielo: Colombia es el orden del fútbol de salón.

GIRA Y MÁS MICROFÚTBOL

Detrás del título mundial está Manuel Sánchez, el presidente de la Federación de Fútbol de Salón, quien aseguró que los jugadores recibirán un premio de $150 millones. “Fue la cuarta final que jugamos y la dimensión que tiene no la había vivido Colombia.

Fue un Mundial 5 estrellas, el mejor de la historia y aprovecharemos para que el resto del país también se beneficie”. Se anuncia una gira de los campeones por ciudades que no tuvieron el Mundial, y otra internacional.

EL CAMINO DEL MEJOR

Primera fase goleó 14-0 a Ecuador, 11-0 a Bielorrusia y 8-0 a Nueva Zelanda. En cuartos derrotó a Venezuela 4-2, en semifinal a Argentina 3-2 y en la final ganó a Paraguay 8-2. Su segundo goleador fue Jorge Cuervo, 13 anotaciones.

Por Nilson Romo Mendoza

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