miércoles, 30 de diciembre de 2015

La maldición persigue a los atletas rusos Shubenkov



El campeón del mundo de los 110 metros vallas, Sergey Shubenkov, se entrena sin pausa y sin prestar atención a las gotas de agua filtradas por el techo de su gimnasio en la fría Siberia, como tampoco a la amenaza que pesa sobre su sueño olímpico.

En 1984, la guerra fría arruinó las esperanzas de medalla olímpica de su madre, la atleta de heptatlón Natalya Shubenkova. Hoy, con 25 años, su hijo podría sufrir la misma suerte por el escándalo de dopaje en el atletismo ruso, y quedarse con ganas de resarcirse de su mala suerte en Londres-2012.

“Es como una especie de karma negativo”, se lamenta Sergey Shubenkov cuando finaliza el entrenamiento en su natal Barnaul.

Su participación en los Juegos de Río no depende de él. Rusia fue suspendida por la IAAF de toda competición internacional a raíz del informe de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y tiene algunos meses para mostrar lo contrario y levantarle la sanción.

Los Juegos de 2016 deberían ser los de la revancha para el joven atleta, pero si finalmente no compite, su historia supone un ‘deja vu’ para la familia de Shubenkov: en 1984 su madre, Natalya Shubenkova, renunció a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.

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