miércoles, 5 de agosto de 2015

Descontaminación del Guanabara es el gran problema



A un año de la ceremonia inaugural de sus Juegos Olímpicos (el 5 de agosto de 2016), Río de Janeiro está con todas las obras a tiempo, sin preocupaciones con el cronograma, pero con la gran duda de si cumplirá la meta que se impuso para la descontaminación de la Bahía de Guanabara.

La cuenta regresiva de un año será conmemorada hoy en una ceremonia que contará con la presencia de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, quienes podrán ser testigos de los avances en las obras del Parque Olímpico.

“La ciudad está caminando muy bien, las obras marchan muy bien. Hay mucha cosa que será entregada mucho tiempo antes del plazo estipulado por el COI”, comentó el secretario de Turismo de Río de Janeiro, Antonio Pedro Figueira de Mello.

El secretario resumió que la organización de las justas pasa por “un momento de celebración” por estar con “las cosas andando, sin muchas polémicas, sin atrasos, sin costos extrapolados, todo dentro del plazo y realmente haciendo un cambio en la ciudad”.

La única polémica es el avance de los proyectos de descontaminación de la Bahía de Guanabara, que baña la zona norte de Río de Janeiro y en la que se disputarán las competiciones de vela, que es la mayor preocupación de las autoridades locales y del COI.

Las autoridades regionales se comprometieron en 2009 a tratar el 80% de las aguas residuales que son vertidas en esta bahía, pero hasta ahora tan solo han conseguido limpiar un 49% y admiten que difícilmente cumplirán el compromiso asumido ante el COI.

“Nos equivocamos (en los proyectos de descontaminación anteriores). No podemos seguir equivocándonos. Tan solo vamos a divulgar una meta cuando realicemos los estudios necesarios”, dijo ayer el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao. La afirmación del gobernador fue en el acto de firma de un acuerdo que prevé medidas para garantizar la limpieza de la bahía en los próximos 20 años.

Numerosos regatistas de todo el mundo, incluso brasileños, han criticado el mal estado de las aguas y la contaminación en la Bahía de Guanabara y se han quejado de las dificultades que enfrentan al tener que desviar basuras que encuentran flotando en el mar.

La preocupación con la descontaminación de la bahía aumentó la semana pasada con la divulgación de informes según los cuales el alto grado de contaminación es una grave amenaza para la salud de los propios regatistas dado los elevados índices de virus, bacterias y otros microorganismos presentes. Pero si la descontaminación de la bahía no es perceptible a la vista, las obras que Río construye para los primeros Olímpicos sudamericanos ya tienen cara.

Los datos

Avance

Hasta el momento el 49% de la Bahía fue descontaminada, según los datos oficiales de las autoridades brasileñas. Se comprometieron a tratarla hasta un 80%.

Informe

Hace unos días se dio a conocer que estas aguas amenazan la salud de los regatistas, debido a la presencia de virus y bacterias.

Habrá 85.000 agentes armados

Pedro Cifuentes

El extraño equilibrio que permite a Río ser una ciudad notablemente insegura, por un lado, y organizar macrofiestas impresionantes sin apenas incidentes, por otro, será más patente que nunca el año próximo, cuando la ciudad, adoptando en gran medida el plan aplicado para el Mundial, coloque en la calle 85.000 agentes armados (entre policías y soldados), casi el doble que los efectivos desplegados en Londres 2012.

Algunos Comités Olímpicos nacionales han advertido a sus ciudadanos sobre la violencia, pero las diferentes autoridades implicadas en la organización del dispositivo de seguridad están muy confiadas en repetir el éxito obtenido durante el Mundial, con agentes infiltrados entre el público, masiva presencia policial y una novedad: un Centro Integrado de Combate al Terrorismo.

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