lunes, 24 de agosto de 2015

¿Qué está primero? El patrocinador o el país




Hoy en día si un atleta quiere destacar en el contexto internacional debe prepararse día y noche, pagar no sólo al entrenador, sino los escenarios donde trabajará, suplementos alimenticios, material deportivo de primera, pero por sobre todo debe competir a nivel internacional para tener roce y mejorar su nivel.

Algunos pocos atletas tienen el apoyo económico de sus federaciones o comités olímpicos, que pagan todos estos gastos, pero en su mayoría los deportistas deben buscar la forma de costear los gastos que implican ser un deportista de élite a través del apoyo de la empresa privada.

Pero estos patrocinios con los que sobreviven los atletas en más de una oportunidad causaron dolores de cabeza a las federaciones, que exigen que sus deportistas usen los uniformes oficiales (con los logos de las empresas que auspician a la federación) en torneos internacionales.

Dos casos recientes estuvieron en los medios en las últimas semanas, el primero es el que dejó fuera de la delegación estadounidense para el campeonato Mundial de Pekín, que inició el pasado viernes a Nick Symmonds y el de la nadadora mexicana Fernanda González que estuvo a punto de quedar fuera de los Juegos Panamericanos de Toronto.

En el caso del semifondista norteamericano, Symmonds, logró la medalla de plata en los 800 metros planos en el Mundial de Atletismo Rusia 2013, es seis veces campeón nacional de Estados Unidos y cuenta con la marca mínima exigida para ir al Mundial de Pekín, pero no fue incluido en la lista de la delegación de Estados Unidos.

Según la BBC Mundo no fue por sus marcas, sino porque Symmonds defiende su derecho a lucir prendas de la firma que lo patrocina, Brooks Running, por lo que se negó a firmar el acuerdo con el cual el organismo que regula el atletismo en Estados Unidos, USA Track and Field (USATF), obliga a los atletas a utilizar en todo momento la ropa que provee Nike, compañía con la que tiene un acuerdo hasta 2040 por unos $us 20 millones al año.

Aunque Symmonds no tiene problema de usar el uniforme oficial durante las competencias, quiere mayor libertad para todos.

“No puedes darle el monopolio a una compañía y esperar que haya un deporte saludable”, dijo. “Nunca cambiará a menos que alguien se pare de frente”.

Para él no se puede considerar “evento oficial” cuando está desayunando o entrenando.

En un comunicado, la Usatf aseguró “respetar a Nike y la decisión que tome”, pero añadió que “la norma de la industria a través de todos los deportes es que hay ciertos requerimientos cuando el uniforme y el atuendo oficial deben ser utilizados. Nosotros hacemos nuestro mejor esfuerzo para balancear los intereses personales de los atletas y aquellos del deporte, la federación y el equipo”.

Debajo del agua

La polémica sobre los patrocinadores tuvo un capítulo destacado en los pasados Juegos Panamericanos de Toronto cuando la nadadora mexicana Fernanda González denunció que había recibido amenazas por usar un traje de baño distinto al oficial de la delegación. González, que prefería nadar con un traje de la marca Speedo, se vio obligada a utilizar uno de la marca Arena no logrando figurar en la prueba de los 200 metros pecho.

Luego de conversaciones con representantes de la delegación mexicana y antes de la final de los 100 metros espalda, González llegó a un acuerdo con los directivos para participar con el traje de baño de su preferencia, pero el gorro del uniforme oficial, así como vestir como sus compañeras para las pruebas de relevo.

Después del evento, González se reunió con el presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla, donde aclararon lo sucedido.

DATO

En Bolivia aún no se registró este tipo de polémica por el tema de patrocinadores. En muchos casos tanto el COB como el Gobierno otorgan uniformes de presentación, pero no para la competición, por lo tanto los deportistas compiten generalmente con los propios uniformes, que además ya conocen.



LA BANDERA DE JORDAN

Estados Unidos ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, pero a la hora de posar para las fotos los jugadores bloquearon el logo del uniforme, muchos se preguntaron el por qué.

La selección de baloncesto de Estados Unidos que conquistó la medalla de oro en Barcelona 1992 para muchos es el único equipo de ensueño que ha pisado la faz de la tierra.

Pero el plantel liderado por Michael Jordan y Earvin “Magic” Johnson estuvo cerca de no cuajar. ¿La razón? Jordan se vestía con Nike, como la mitad del equipo, Johnson con Converse y el Comité Olímpico de Estados Unidos tenía un acuerdo para utilizar la ropa de Reebok en la ceremonia de premiación.

“Cuando contratas a 12 Clint Eastwoods para venir y hacer un trabajo, no les digas a ellos qué balas poner en sus pistolas”, dijo en ese entonces Jordan.

Después de aceptar jugar y arrasar en todos los partidos, la victoria final sobre la polémica fue para los jugadores, que aparecieron en el podio con las chaquetas medio abiertas hacia los costados y la bandera de los Estados Unidos sobre sus hombros. El logo de Reebok no se vio por ningún lado. “Todos acordamos que no dañaríamos a Reebok”, señaló el basquetbolista. “La bandera estadounidense no puede dañar nada. Eso es por lo que luchamos. El sueño americano es luchar por lo que crees. Yo creo en eso y lucho por eso. Si ofendí a alguien, es una lástima”, añadió Jordan.



PIRAGÜISTA ES SANCIONADO POR DOS AÑOS

El diario digital español El Confidencial informa que Carlos Vega Piragüista español de Zamora, cinco veces Campeón de España y promesa del piragüismo español, fue sancionado por el Comité de Disciplina de la Real Federación Española de Piragüismo, a fines de julio.

La Federación le retiró su licencia federativa durante dos años, el mismo tiempo que si hubiese sido por dopaje. En su caso, el motivo es que no portó junto a él la publicidad de la Federación en el Campeonato de Europa de Maratón en Bohinj (Eslovenia), y sí la de sus patrocinadores, los que le habían costeado el viaje, cuyo precio oscila entre los 3.000 y 3.500 euros contando con el material. Sin el material, el viaje es de 1.000 euros aproximadamente, pero ni tan siquiera esa cantidad pagó la Federación para ayudar al zamorano de 23 años.

Tras recurrir tal sanción, la resolución final salió la pasada semana y “no ha sido admitida a trámite” y ahora el español tiene pocas opciones de seguir: “Está todo cerrado, la única posibilidad es acudir a la justicia ordinaria (...) tengo que verlo”, explica Carlos Vega a El Confidencial. Sus otras dos alternativas son: “O dejarlo, o acudir a un país extranjero como podría ser Portugal”.

Allí sólo podría entrenar y competir a nivel nacional en un club portugués, porque de manera internacional ya lo ha hecho con España. En su última participación ganó la medalla de bronce en la categoría C1 sub-23, durante el Campeonato de Europa. El próximo 11 de septiembre iba a participar en el Campeonato del Mundo.

Su modalidad en categoría senior consta de 30 kilómetros, y de cumplir los dos años de sanción en España su futuro se vería muy perjudicado porque significaría la “perdida total de la forma física; no puedes salir a entrenar, no tienes ficha, no tienes seguro”, dijo Vega.



LA POLÉMICA TAMBIÉN EN EL TENIS Y EL FÚTBOL

El siempre amable y sonriente tenista Gustavo “Guga” Kuerten estuvo cerca de no jugar por Brasil durante los Juegos Olímpicos de Sídney en 2000. Número dos del mundo en la época, “Guga” se enfrentó al Comité Olímpico de su país para defender a su patrocinador personal, Diadora, que rechazaba la idea que su jugador estrella vistiera otra ropa que no fuera la suya en un evento de tanto alcance.

Tras muchas discusiones y la seria amenaza de Kuerten de no jugar, Diadora llegó a un acuerdo con la firma Olympikus, la oficial de la delegación brasileña, para que el tenista participara con un uniforme sin logos y que sólo vestiría Olympikus en el caso de ganar una medalla.

No hubo necesidad de eso ya que el brasileño perdió en cuartos de final contra el que se coronaría campeón, el ruso Yevgeny Kafelnikov.

El fútbol no se salvó de este tipo de polémica. La famosa “Naranja Mecánica” del fútbol que brilló en la década del 70 liderada por Johann Cruyff, pero el capitán del equipo dirigido por Rinus Mitchel no vistió como sus compañeros en el campo. En 1974, previo al Mundial de Alemania ese año, la leyenda del balón tuvo un enfrentamiento con su federación por el uniforme del combinado nacional, elaborado por Adidas.

Cruyff se negó a vestir la famosa marca de las tres rayas por su lealtad con la firma que la patrocinaba, Puma, conocida archirrival de su homóloga alemana.

Dada la importancia del jugador, la federación holandesa cedió y permitió a Cruyff jugar con un uniforme con sólo dos rayas en sus mangas.

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