miércoles, 14 de septiembre de 2016

El gigante de 2.46 metros que dejó la TV y es paratleta

Morteza Mehrzadselakjani tenía 16 años y anhelaba una carrera de éxito en el básquet. Sin embargo, un accidente le rompió la pelvis y redujo su movilidad. Hoy, a punto de cumplir 29 y con 2.46 metros, es la gran carta de triunfo del seleccionado iraní de voleibol sentado.

Mehrzadselakjani es, según el sitio The Tallest Man, el undécimo hombre más alto del planeta con sus 246 centímetros.

Desde marzo, fue reclutado por el seleccionado iraní y se transformó en una pieza clave para el combinado asiático, máximo candidato al oro en Río 2016, donde ganó 3-0 en sus dos presentaciones hasta el momento: ante China y contra Bosnia Herzegovina, último campeón mundial.

Tan grande es la superioridad que marca Mehrzadselakjani que, por ejemplo, ante China convirtió 12 puntos consecutivos con su saque.

Su entrenador opta por moderar su tiempo en cancha para evitar que se canse demasiado

Mehrzadselakjani, quien padece acromegalia (secreción excesiva de hormona del crecimiento), debe desplazarse en silla de ruedas ya que, a raíz de aquel accidente en bicicleta que sufrió a los 16 años, su pierna derecha dejó de crecer y en la actualidad tiene 15 centímetros menos que la izquierda.

Hasta su llegada al voleibol sentado, el iraní participaba en programas de televisión y eventos.

Ahora, se vuelca al deporte, ámbito en el que se encamina a un oro paralímpico, el primero en la carrera del paratleta.

Según el New York Times, el entrenador de la selección de voleibol sentado de Irán, Hadi Rezaei, lo descubrió cuando estaba viendo la televisión.

Un programa exponía a individuos con condiciones físicas diferentes y talento poco usual. En el momento de ver cuánto medía, Rezaei no dudó y concluyó que podía ser una figura clave en el seleccionado.

Y así fue. El director técnico se comunicó de inmediato con el canal para que lo contactaran con Mehrzadselakjani.

El entrenador debió usar su poder de convencimiento con el jugador, que inicialmente se rehusaba a aceptar la invitación debido a que, por su condición física, no solía salir de su hogar. Luego de que aceptara la propuesta, tuvo que practicar intensamente y fue parte de varios equipos locales.

El paso mayor, el salto cualitativo en su carrera se dio, efectivamente, con la selección de su país. Ser parte del combinado no fue fácil, mucho más teniendo en cuenta que se trata de una de las potencias mundiales en el deporte paralímpico.

De hecho, dicha nación asiática se encuentra en el primer puesto del ranking mundial y consiguió ganar cinco preseas doradas en los Juegos, lo que ratifica su condición suprema.

La vida del voleibolista ha dado un giro extremo y ahora disfruta de la gloria.

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