sábado, 17 de septiembre de 2016

Joao, el fotógrafo ciego que cubre Río

Una máxima de la fotografía reza que una cámara buena no es sinónimo de fotos buenas porque la calidad depende de los ojos del profesional, pero este axioma fue triturado en pedazos cuando el brasileño Joao Maia se convirtió en el primer fotógrafo ciego que cubre unos Juegos Paralímpicos.

“La fotografía es sentir, usar tus sentidos, como la audición, y tener sensibilidad por encima de todo”, comenta Maia mientras prepara su cámara para tomar imágenes de un partido de goalball durante los Juegos que se celebran en Río de Janeiro.

Maia asegura que recibe el calor y el respeto de sus colegas de la prensa y afirma que muchos fotógrafos le han dicho que él les “cambió la visión” sobre su profesión.

El brasileño, ahora con 41 años, perdió la visión casi por completo a los 28 por una uveítis, una enfermedad inflamatoria que le afectó ambos ojos.

Explica que todavía puede percibir bultos y colores vivos a distancias muy cortas, a alrededor de un metro y también en el visor de su cámara.

Sin embargo, Maia no es capaz de ver el resultado de su trabajo, algo que asegura que no lo frustra.

“Una vez que hago una foto, ya no es mía, sino del mundo”, dice.

Para cubrir un complejo evento deportivo como los Paralímpicos necesita ayuda, la que le brinda su colega Ricardo Rojas, quien también fue su descubridor y le fichó para el proyecto Mobografia, una web de arte visual captada con teléfonos móviles y que lo acreditó para los Juegos.

“Ricardo es mi guía. Él me dice cómo está el deportista y me describe el ambiente”, relata.

“La tarea es más fácil”, continúa, el mismo que fotografía deportes en los que el público está obligado a permanecer en silencio, como el goalball y el fútbol de cinco jugadores.

En esas ocasiones tiene la misma ventaja que los competidores y puede escuchar el cascabel que lleva el balón y anticiparse.

En los Juegos, usa una cámara profesional, pero se sirve apenas de una lente de 50 milímetros, la distancia focal que, según los fotógrafos, es más parecida a la visión humana ya que no puede costearse los caros teleobjetivos que usan sus colegas de profesión.

En el día a día, como no tiene a su guía al lado, ejercita su profesión con un teléfono móvil y una aplicación que le da informaciones por voz al tocar la pantalla, para saber dónde está el objeto que pretende captar.

Dentro de la fotografía, lo que más le gusta es captar imágenes de deportes con más movimiento y, en especial, el atletismo, un deporte al que él se dedicó después de quedarse ciego.

Maia probó las disciplinas de lanzamiento de jabalina, disco y peso.

Antes de los Juegos tenía unos cientos de seguidores en su cuenta de Instagram y ahora pasa de 5.000.


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