domingo, 21 de agosto de 2016

Rusia gana oro en conjunto de gimnasia rítmica



El equipo ruso conquistó este domingo el oro de gimnasia rítmica en modalidad de conjunto en los Juegos de Rio y sumó así su quinto título consecutivo, mientras que el grupo español se llevó la plata, volviendo a un podio olímpico 20 años después de su triunfo histórico.

El bronce fue finalmente para Bulgaria, tras un desenlace dramático en el que las italianas perdieron el tercer puesto en el último suspiro.

Pese a que las españolas acabaron el primer ejercicio, el de cinco cintas, por delante de la todopoderosa Rusia, la gran potencia de la gimnasia rítmica realizó una segunda rotación impecable, haciéndose con la mejor nota de la final. Con su doblete del sábado en el concurso individual, donde las también rusas Margarita Mamun y Yana Kudryavtseva fueron oro y plata respectivamente, el gigante del este de Europa suma diez títulos olímpicos de los 15 que se repartieron desde que este deporte entró a formar parte del programa olímpico en Los Ángeles-1984, y en Atlanta-1996 se añadió la categoría por equipos.

Fue precisamente en aquel estreno estadounidense cuando el conjunto español dio la sorpresa y conquistó su primer, y único, oro en esta disciplina. Desde entonces, las chicas ibéricas no habían vuelto a subir a un podio olímpico. Hasta llegar a Brasil. En Rio, el equipo entrenado por Anna Baranova culminó una excepcional progresión que ya había dado sus frutos en el pasado Mundial, cuando fueron terceras por detrás de una Bulgaria relegada ahora al bronce.

El sueño de las españolas de asaltar un oro tan inesperado como el Mamun ayer -quien se benefició de un excepcional error de la gélida tricampeona mundial Kudryavtseva con las mazas- había comenzado en la sesión de clasificación, donde acabaron primeras.

Pero aún habría más. El impecable ejercicio de cintas alargó una ilusión que cada vez parecía menos descabellada, después de que las juezas les otorgaran la mejor puntuación de la rotación (17.800), por delante de Bulgaria (17.700) y Rusia (17.600), que cometió una imprecisión en la recepción de uno de los elementos. El orden mundial acabaría restableciéndose, sin embargo, cuando las campeonas saltaron al tapiz para realizar su impecable ejercicio mixto, formado por dos aros y mazas. Sin lugar para el mínima inexactitud si no querían llevarse un fracaso histórico, el quinteto ruso tiró de sangre fría y clavó una presentación espectacular, que se llevó un estratosférico 18.633, la mayor nota de la final.

Para entonces, el 17.966 de España, que salió primera, ya se encaminaba hacia una plata con sabor dorado.


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