viernes, 5 de agosto de 2016

El rugby brasileño ve los Juegos Olímpicos como un trampolín para el futuro

En un país más acostumbrado a celebrar a los ídolos futbolísticos como Pelé, Zico, Ronaldo y Neymar, hay gente esperanzada con que la gran exposición que suponen los Juegos Olímpicos atraiga a más brasileños al rugby.

El rugby siete -una versión más dinámica que se juega con siete jugadores en vez de los quince habituales- debuta en los Juegos en Rio, con la competición femenina empezando mañana.

La última vez que el rugby fue olímpico fue, en su modalidad de quince jugadores, en los Juegos de París-1924.

Para los dirigentes internacionales y brasileños del deporte del balón ovalado es una oportunidad de popularizar el juego en una Sudamérica obsesionada con el fútbol.

El único país sudamericano con desarrollo en el rugby es Argentina.

El rugby en Brasil no es nuevo, y se remonta a 1894, cuando Charles William Miller, un brasileño de ascencendencia angloescocesa, fundó el Sao Paulo Football Club al regresar al país tras estudiar en Inglaterra.

La estrella del equipo femenino es la veterana Beatriz Futuro Muhlbauer, que teme, sin embargo, que se pierda el interés cuando los Juegos sean un recuerdo.



"Nuestro país atraviesa muchos problemas, y quizás los deportes dejen de ser la máxima prioridad", dijo Mulhbauer, admitiendo que siente una mezcla de "ansiedad y orgullo" ante el regreso de esta disciplina a los Juegos.

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