lunes, 1 de agosto de 2016

Río será la tercera sede más protegida



La seguridad de Río de Janeiro dependerá de 85.000 miembros (policías, el ejército y policías civiles). Será, oficialmente, la tercera sede más protegida de la historia del olimpismo por detrás de Seúl 1988 (100 mil) y Beijing 2008 (110 mil). Extraoficialmente, puede ser la primera si el COI diera a conocer las cifras que aporta a Río para mejorar la seguridad.

El país ha destinado esa cantidad para proteger a los 10.500 deportistas que tomarán parte, lo que supone un importe de 81.000 dólares para salvaguardar a cada uno de los participantes.

No serán los Juegos más seguros de la historia, ni por presupuesto ni tampoco por dispositivo, pero la inversión y la predisposición es considerable.

La historia olímpica sufrió un antes y un después a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y de la aparición cruel del terrorismo islámico. Los Juegos de Atenas 2004, poco después de los atentados de Atocha, trajeron un cambio de prioridades, y la seguridad se convirtió en el primer punto del programa olímpico. Pekín y Londres superaron también las previsiones y el presupuesto se disparó por encima de los 1.000 millones de dólares.

El problema en Brasil es la liquidez. Hay mucho policía pero poco presupuesto. El pasado mes de junio, varios sectores públicos (funcionarios, bomberos y Policía) protestaron airadamente porque se les debían las horas extras y el sueldo de algunos meses.

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