viernes, 29 de julio de 2016

Tiene 21 y así como en Londres 2012 fue la atleta más joven de la delegación paraguaya con solo 17 años

Tiene 21 y así como en Londres 2012 fue la atleta más joven de la delegación paraguaya con solo 17 años, en Río 2016 volverá a serlo. Pero, pese a su juventud, quien conversa con Karen Riveros, tiene la sensación de hablar con una persona que lleva décadas en el mundo de la natación, entendiendo perfectamente los caminos a seguir para hacer.

Al igual que Benjamín Hockin, accedió a estos Juegos por el principio de universalidad, condición que se apresura en defender, disconforme por la manera en que se interpreta el término “por méritos propios” cada vez que se habla de un clasificado.

“Leo los diarios y siempre dicen por méritos propios, refiriéndose a la Marca A. En realidad, el ser atleta es un mérito y el ir a los Juegos es producto de un esfuerzo propio. No tengo apoyo ni nadie que me ayude económicamente”, comienza.

Karen debe dividir sus tiempos entre la carrera de Arquitectura, con la poca flexibilidad que recibe de parte de su universidad pese a tratarse de una atleta olímpica, entre buscar trabajo y entrenar. “Es por el sistema”, afirma.

La palabra “invitación” también choca bastante a los atletas, sobre todo cuando alguien considera una clasificación bajo ese rótulo como “fracaso”. Le pasó a Karen, a quien algunas personas le dijeron “es un fracaso que Paraguay vaya como invitado de vuelta a unos Juegos”. “Los miré y les dije: ¡Dios, Paraguay lleva atletas a los Juegos Olímpicos!”.

“El atleta siente y yo, cuatro años atrás, veía los comentarios de la gente y me afectó muchísimo. Tenía el apoyo de mi familia y de mis amigos, pero de mi país no lo sentía”, lamenta.


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