lunes, 18 de julio de 2016

Comaneci, y la calificación perfecta

Los XXI Juegos Olímpicos de verano se celebraron en Montreal, Canadá, entre el 17 de septiembre y el 2 de octubre de 1988. Se retiraron de las competencias 24 países africanos pertenecientes a la denominada "África Negra". Por cuarta vez el continente americano era sede de este evento.

Montreal había intentado organizar los Juegos Olímpicos en cuatro ocasiones anteriores (1944, 1956, 1972), sin éxito. Tras un nuevo fracaso, la ciudad canadiense volvió a intentarlo y presentó una candidatura para los de 1976.

Los dos rivales en la votación fueron Los Ángeles (Estados Unidos) y Moscú (Unión Soviética). La elección de sede tuvo lugar en la 69ª Sesión del Comité Olímpico Internacional. En la ronda final de votaciones, Montreal se impuso a Moscú.

Se escoge como mascota un animal típico de Canadá, el castor. El nombre de esta mascota fue Amik.

Participaron 6028 atletas, 4781 hombres y 1247 mujeres de 92 países, compitiendo en 21 deportes y 198 especialidades.

NADIA COMANECI, LA INCOMPARABLE

El 18 de julio de 1976 tuvo lugar un acontecimiento que jamás había sucedido en la historia de la gimnasia olímpica. Ese día, una atleta rumana de solo 14 años llamada Nadia Comaneci consiguió un 10 de valoración en un ejercicio de barras asimétricas. En aquel momento dio comienzo la leyenda de la que todavía hoy día es considera por muchos como la mejor gimnasta de todos los tiempos.

Nadia Comaneci nació en Onesti (Rumania), una ciudad de tamaño medio situada al pie de la cordillera de los Cárpatos, el 12 de noviembre de 1961.

De familia humilde, su padre era mecánico y su madre trabajaba en una oficina.

Ella fue la primera en ser calificada con la calificación perfecta: diez puntos. Dos veces en barras asimétricas y cinco más en otros ejercicios. Ganó el oro en la clasificación general o all round, en equilibrio y asimétricas, más una de bronce en ejercicios en el suelo. Y como me habían anunciado, esa niña que comenzó a practicar gimnasia a los cinco años, conquistó el mundo.

LAS ZANCADAS DE JUANTORENA

Sus largas zancadas hacían que su imagen pareciera el elegante galopar de un caballo. Por eso, alguno lo apodaron el Caballo..

Alberto Juantorena, el atleta cubano, un idealista fiel a Fidel Castro hasta la muerte. Ignorado participante de las semifinales de 400 metros en Munich. Favorito en Montreal. El cómodo vencedor en esa distancia, nos tenía deparado una sorpresa. Ser capaz de transformar una prueba de medio fondo en una competencia de velocidad.

Su presencia en los 800 metros, dos vueltas a la pista, hizo pensar. "No tiene antecedentes y después de correr tres veces 400 y la semifinal de 800, sus posibilidades son prácticamente nulas". En cambio, él le expresaba la noche anterior al jefe de la delegación: "Mañana brilla el oro en mi pecho".

Partió adelante a beber los vientos. Sus armoniosas zancadas maravillaban las miradas. Pasó la primera vuelta con firmeza. "¿Se para o aguanta?", se sentía murmurar a la gente. Las zancadas mantuvieron el mismo ritmo y se aceleraron ante el sprint final de sus rivales. El público de pie lo ovacionaba. Y en el rostro de Juantorena, donde resaltaban sus amplias patillas, se dibujó la más amplias de las sonrisas, al observar en el tablero electrónico: 1m43s50 y titilando dos palabras entre signos de admiración: world record.

UN JOVENCITO DE APELLIDO LEONARD

En Montreal apareció Sugar Ray Leonard, el estilista incomparable, que se iba a convertir en el ícono de los 80, la superestrella del profesionalismo, campeón mundial de cinco pesos distintos.

Cuando sonaba la campana, ese menudo morenito, de mirada chispeante, se transformaba en una atractiva figura sobre el ring. Fintas, amagues, en un exhibición de calidad y tecnicismo, para finalizar su magistral trabajo Con un certero latigazo que derribaba a sus rivales.

Junto a él, estaban dos compatriotas, los hermanos Michael y León Spinks, oro en mediano y semipesado, respectivamente. León, el más feo, tuvo su gran momento como pesado en el campo rentado, donde venció a Classius Clay y fue campeón mundial por poco tiempo, mientras que Michael obtuvo el título de los semipesados.

CUBA, EL LÍDER LATINOAMERICANO

Las seis medallas de oro obtenidas por el atleta Alberto Juantorena (dos), el yudoca Héctor Rodríguez Torres y los boxeadores Teófilo Stevenson (pesado), Jorge Hernández (minimosca) y Angel Herrera (pluma) provocaron la explosión olímpica de Cuba, que, a la vez, se convirtió en el líder del deporte latinoamericano.



Del resto de los países latinoamericanos, sólo México consiguió una de oro. Estuvo a cargo del atleta Daniel Bautista Roca, en 20 kilómetros de marcha. También logró una de bronce el boxeador pluma Juan Paredes.


MEDALLERO 1976

EQUIPO ORO PLATA BRONCE

1. Unión Sociética 49 41 35

2. Alemania Este 40 25 25

3. Estados Unidos 34 35 25

4. Alemania Oeste 10 12 17

5. Japón 9 6 10

6. Polonia 7 6 13

7. Bulgaria 6 9 7

8. Cuba 6 4 3

9. Rumania 4 9 14

10. Hungría 4 5 13

11. Finlandia 4 2 0

12. Suecia 4 1 0

13. Reindo Unido 3 5 5

14. Italia 2 7 4

15. Francia 2 3 4

16. Yugoslavia 2 3 3

17. Checoslovaquia 2 2 4

18. Nueva Zelanda 2 1 1

19. Corea del Sur 1 1 4

20. Suiza 1 1 2

21. Jamaica 1 1 0

22. Nor Corea 1 1 0

23. Noruega 1 1 0


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